EL
ÉBOLA
QUÉ
ES EL ÉBOLA
El
ébola es una enfermedad vírica aguda grave que se suele
caracterizar por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y
dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de
vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática
y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los resultados
de laboratorio muestran disminución del número de leucocitos y
plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.
Los
pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la
sangre y las secreciones. El virus del Ébola se ha aislado en el
semen hasta 61 días después de la aparición de la enfermedad en un
caso de infección contraída en el laboratorio.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días.
Han
existido sólo dos casos de ébola en España en Madrid. Uno de
ellos, el misionero Miguel Pajares falleció el 7 de Agosto de 2015.
El otro caso es el de Teresa Romero, la cual afortunadamente
sobrevivió.
Teresa
fue tratada con plasma de una mujer que contrajo la enfermedad en
Liberia y la superó. Las autoridades sanitarias aseguran que la
evolución de Teresa es favorable y que por ahora existen indicios de
esperanza.
DATOS Y CIFRAS
- La enfermedad por el virus del Ebola (EVE), antes llamada fiebre hemorrágica del Ebola, es un enfermedad grave, a menudo mortal en el ser humano.
- Los brotes de enfermedad por el virus del Ebola (EVE) tienen una tasa de letalidad que puede llegar al 90%.
- Los brotes de EVE se producen principalmente en aldeas remotas de África central y occidental, cerca de la selva tropical.
- El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga en las poblaciones humanas por transmisión de persona a persona.
- Se considera que los huéspedes naturales del virus son los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae.
- No hay tratamiento específico ni vacuna para las personas ni los animales.
El
virus del Ebola causa en el ser humano la EVE, cuya tasa de letalidad
puede llegar al 90%.
El
virus se detectó por vez primera en 1976 en dos brotes simultáneos
ocurridos en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del
Congo). La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada
cerca del río Ébola, que da nombre al virus.
TRANSMISIÓN
El
virus del Ébola se introduce en la población humana por contacto
estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos
corporales de animales infectados. En África se han documentado
casos de infección asociados a la manipulación de chimpancés,
gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines
infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.
Posteriormente,
el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de
persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas
mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos,
sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas
infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por
dichos líquidos.
Las
ceremonias de inhumación en las cuales los integrantes del cortejo
fúnebre tienen contacto directo con el cadáver también pueden ser
causa de transmisión. Los hombres pueden seguir transmitiendo el
virus por el semen hasta siete semanas después de la recuperación
clínica.
La
infección del personal sanitario al tratar a pacientes con EVE ha
sido frecuente cuando ha habido contacto estrecho y no se han
observado estrictamente las precauciones para el control de la
infección.
Entre
los trabajadores que han tenido contacto con monos o cerdos
infectados por el RESTV se han registrado varios casos de infección
asintomática. Por tanto, parece que esta especie tiene menor
capacidad que otras de provocar enfermedad en el ser humano.
Sin
embargo, los datos recopilados al respecto solo se refieren a varones
adultos sanos, y sería prematuro extrapolarlos a todos los grupos de
población, como los pacientes inmunodeprimidos o con trastornos
médicos subyacentes, las embarazadas o los niños.
DIAGNÓSTICO
Antes
de establecer un diagnóstico de EVE hay que descartar el paludismo,
la fiebre tifoidea, la shigelosis, el cólera, la leptospirosis, la
peste, las rickettsiosis, la fiebre recurrente, la meningitis, la
hepatitis y otras fiebres hemorrágicas víricas.
Las
infecciones por el virus del Ébola solo pueden diagnosticarse
definitivamente mediante distintas pruebas de laboratorio.
Las
muestras de los pacientes suponen un enorme peligro biológico, y las
pruebas tienen que realizarse en condiciones de máxima contención
biológica.
Realizado por María José Núñez García y María Peña Hernández.
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